lunes, 7 de septiembre de 2009

Gilda: a 13 años de su muerte

Por Claudio Sebastián Pronesti

La cumbia, ese género muchas veces desvalorizado por la gente bien que sin embargo se encargó de bailarla en cuanto casamiento, fiesta de quince o boliche de moda hubiera, explotó en la década del noventa como el fénomeno musical de aquellos años.

“La Ventanita” de Daniel Agostini, la esquiva “Violeta” de Alcides, la “Tonta” de Comanche y el misterio nunca revelado de “¿Qué tendrá el petiso?”, del inagotable Ricky Maravilla, fueron algunos de los temas que más sonaron por aquellos años.

En medio del éxito de tantos hombres de pelo largo que enamoraban a chicas y no tan chicas, la voz femenina de Miriam Alejandra Bianchi, más conocida como Gilda, se instaló hasta el día de su muerte, un 7 de septiembre como hoy pero de 1996, como la fémina más famosa de la bailanta.

De profesión maestra jardinera y con un Profesorado de Educación Física colgado en la pared de su casa, Gilda comenzó su carrera en el medio luego de que se enterara, aviso del diario mediante, que un grupo musical estaba buscando vocalistas.

Su inconfundible voz y su carisma arrollador, la depositaron en poco tiempo en la cima de la música bailantera, convirtiéndose en la primera mujer que logró un éxito similar o aún mayor que los cantantes masculinos que hasta allí habían dominado el mercado.

Entre sus grandes éxitos pueden anotarse “Fuiste”, “No me arrepiento de este amor” y el premonitorio “No es mi despedida” (compuesto sólo algunos días antes de su muerte), marcaron para siempre una trayectoria inolvidable que, a 13 años de su muerte, será próximamente llevada al cine de la mano de la actríz uruguaya Natalia Oreiro.




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